Una metodología de lectura en contra del olvido
¿A quién no le ha pasado en algún
momento de su vida que quiere hablar sobre un libro que se leyó hace un tiempo
y de un momento a otro pareciera que no quedara ningún registro de la historia
en su memoria? ¿Quién no ha sentido cierta rabia o coraje cuando alguien habla
de un libro que uno ya se leyó y el otro termina diciendo un montón de cosas
que a uno ni se le ocurrieron, o relata pasajes de libro con una fidelidad
envidiable, o habla de los personajes como si pudiera hablar con ellos todas
las noches?
A mí me
ha pasado, y mucho, y fue justamente por eso que desde finales del año 2011
empecé a usar una metodología que me ha sabido tranquilizar y además se
convirtió en mi gran tesoro: un registro de todos los libros y documentos que
he leído desde entonces. Si lo hago público es porque las personas a las que
les he contado han mostrado su interés y bueno, la verdad es que es bastante
útil también para fines académicos (con un solo registro de un libro [‘El orden
del discurso’ de M. Foucault] he salido como de tres ensayos en la universidad)
A continuación explico con pelos y señales de qué se trata.
Lo primero es empezar a leer un
libro (qué genialidad). Luego tener siempre a la mano un papel y un lápiz y
anotar el inicio de la frase que se desee conservar en la memoria, anotando,
claro, la página en la que se encuentra. Esto va a dar como resultado una
ordenada lista de inicios de frases. Como no siempre se tiene la oportunidad de
escribir toda una frase entera, o esto definitivamente haría la lectura mucho
más lenta, lo que hago es simplemente acumular varios capítulos y cuando ya
sean una buena cantidad, ahí sí, abrir un nuevo documento en Word (otra
genialidad) y empezar a transcribir en viñetas las frases rescatadas (para tal
efecto, y dado lo cansón que puede llegar a ser semejante tarea, me doté de un
buen atril que me deja el libro a la altura de los ojos, cero tortícolis)
Inmediatamente después de escribir cada frase la inscribo dentro de una
categoría que enmarque el tema sobre el cual trata la frase, por ejemplo,
Inconsciente, Juventud, Goce, Libertad, etc. Este paso es clave porque será lo
que facilite, en algún momento en el cual se tenga que hablar sobre la
Libertad, el que uno llegue fácilmente a las frases que tienen que ver con
ésta.
Pero mi obsesión creció, no le
bastó con eso. ¿Cuál es el poder de la literatura sino es el de abrirnos
puertas hacia lugares, personas y cosas a las que jamás nos acercaríamos en la
vida cotidiana? Por esta razón decidí insertar un apartado llamado Anexos. Allí
registro los nombres de las personas históricos que aparecen en el libro, con
su biografía y foto copiada y pegada de nuestra amada Wikipedia; los lugares
que no sé dónde se encuentran y las palabras que no conozco, con la definición
de la RAE.
Como ya todos sabemos lo tedioso
que se ha vuelto escribir en los últimos tiempos a manera de ensayo en la
universidad, debido a todas las exigencias que se nos hacen con respecto a los
derechos de autor y a las aspiraciones de cientificidad, es muy útil hacer de una
buena vez el registro según las normas APA, que Word nos lo permite en la
pestaña de Referencias.
Y bien, estoy convencido de que todo
libro merece unas palabras en retribución por sus servicios prestados, ya sea
para recordarle lo malos que fueron o para agradecerle por habernos alegrado
por un tiempo la vida. Así, vale la pena añadir al final del registro un comentario
sobre lo que a uno le produjo dicha lectura, en qué lo hizo pensar, si le
revivió algo, si movió alguna pieza de nuestro complejo engranaje; en otras
palabras, es el espacio para ponerse mañés. ¡Ah y el último y más ocioso
detalle! Escribir cuántas páginas tiene cada libro, y guardar cada documento de
referencias en una carpeta cuyo nombre sea el año actual; ¡de esta manera uno
podrá contar cuántos libros y cuántas páginas se leyó y tendrá su propio
archivo…para toda la vida!
Muy interesante este método contra el olvido. La angustia que surge por no recordar de memoria algunas partes de libro (textualmente) y la admiración que despierta la cita de memoria, algunas veces con pagina y todo,me preocuparon por algún tiempo. Sin embargo aprendí que solamente la lectura crítica de los textos y la relectura de estos permite un mejor entendimiento de los planteamientos,y asumir una posición frente a las tesis del autor. Este método es muy interesante por que permite organizar las lecturas en categorías de interés que facilitan la escritura de trabajos, el planteamiento de proyectos, el soporte teórico de un texto o simplemente la consulta de un libro interesante(o no) para recomendar a un amigo. Gracias por compartir esta estrategia.
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