Un paciente psiquiátrico en el bosque
Hace unos días, caminando en la reserva de San Sebastián de la Castellana, me encontré un ecopsicótico. Traté de contener mi emoción y tomarme un tiempo más para el diagnóstico, pero bastaron dos o tres pasos más mientras bajaba por uno de los senderos de tierra rojiza, para identificarlo ya completamente. Así como los biólogos se entusiasman cuando encuentran una nueva especie que nunca habían visto, fenómeno que en el mundo de la pajarología se le da el nombre de "lifer", también yo, como psicólogo, me alegro cuando puedo recolectar una rareza humana inédita en mis registros. Cuando lo vi, recordé esa curiosa conversación que escuché alguna vez, sin quererlo demasiado, entre un par de colegas psicólogos que hablaban con entusiasmo en una cafetería universitaria, porque por fin al consultorio de uno de ellos había llegado un esquizofreniforme y tenía la ilusión de que en poco tiempo derivara en una esquizofrenia ya formalizada completamente: -Hay que darle unos meses ...