Alienaciones Literarias
Vos sabés, uno lee Rayuela y no vuelve a ser el mismo. Todo lo empezás a escribir con Vos…escribir con vos, ¿te das cuenta? Cuando decimos “Ayer te escribí”, ¿ves la potencia de la frase? Te escribí. Después de que leés Rashuela las Ye sha no son tan fuertes y se nos escurren entre los labios, cambiamoj laj eses por la j o definitivamente las desaparecemos; y todo es un nuevo ritmo, el ritmo de vivir al borde de la circunjtancia, en el jueguito sutil de la tierra y el cielo. La leemoj y a partir de ahí sha leemoj máj rápido y entonce’ queremo’ ser Horacio y la Maga, y sho no sé Rocamadour, no sé cómo quitarno’ la ropa, desnudarno’, quitarnos los nudos, desanudarnos, quitarnos el olor a Cortázar, que no’ shegó tan profundo, Rocamadour. Y es que nos empapa enteros: de un momento a otro te volvés un poquito má’ brishante, se te ocurren frase’ que bien podrían ser dicha’ por Horacio, en una conversación dejpué’ de hacer el amor con vos, Maga. Hacer el amor. Voj me dirías: ¿Te das cuen...